
Hoy es un día típico de
Lima: cielo gris, mañana sólida y silenciosa, se hace presente por
los sonidos de los carros, triste porque de por sí ya lo es, todo
encierra lo que los libros de diferentes escritores limeños narran entre
sus páginas para dar paso a de lo que sugiere que el lector se envuelva.
Comparo lo que en las manos llevo de camino al trabajo, con música en los
oídos poniéndole melodía y melancolía a lo que mis ojos se envuelven reglón
tras renglón, me detengo para lo siguiente: …cuan apreciado es lo que nos
rodea, lo que cada persona tiene en mente, muy independiente de sus propios
intereses y pisotear al que está a lado por pasar o saltar una posición más,
entre otras cosas; hago la detención de este pasaje porque mi vida tiende ahora
de un plan y/o proyecto que puedo estar a punto de salirme del renglón, de
salirme de la vida confort, de la vida metódica y congestionada por muchas
razones, pero sin embargo me apena y me aflige el tener que pensar que no volveré
a ver frecuentemente a los míos, amigos, y lugares apreciados que existen en mi
alrededor. Estamos en la parte final de un proceso de compromisos que me
mantiene vivo estar en este lugar, lugar que siempre recordare y llevare en mi corazón.
Justamente me puse meditabundo al saber que los mejores amigos contados
con una mano se entristecerán o alegran de verme marchar para una nueva vida y
proyecto que no es garantía que marche bien pero tampoco de que encamine
en mal estado, y es que empezar de cero no es fácil y mucho menos imposible,
hay más peripecias que el ser humano tiene que tolerar o aguantar y ese es uno
que tendré que hacer. “Somos como aves de paso”, siempre me salió de los labios
cuando todos se preguntaban por qué estaba peor que nómade, en unas ocasiones
lo tomaban a bien porque era parte de la superación y la apertura de la
espiritualidad y mentalidad que a muchos les falta, para otros era solo una
inestabilidad geográfica, mientras que a otros más analíticos era la carencia
de identidad nacional y sobre todo profesional que no encuentro la satisfacción
suficiente para poder hacer patria en algún lugar, a lo que respondo: No he
encontrado mi lugar en el mundo y estoy en busca de ello y de mi palabra…
Por esas miles de razones más
el ser humano siempre debería estar en constancia de encontrase a sí mismo y no
detenerse solo a pensar cuando esta algo mal en si para poder mejorarlo, los
cambios o modificaciones deberían estar presentes hacerse un mea culpa de lo
que se está haciendo.
Los que están a nuestros
alrededores sienten los cambios comportamentales y originales de cada ser
interior que encamina hacia un solo renglón la vida, vida que solo somos dueños
pero que nuestra actuación en lo solido es muy indeleble. En la vida no
hay ensayos, lo que marca a la primera se quedara para siempre. Por ello
las cosas cambian, los amigos se van y la vida no se detiene para nadie. La
vida son dos días y hay mucho tiempo para estar muerto.
Olav Alcántara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario