viernes, 27 de enero de 2017

" MALOS PASOS"           Por:    Olav Alcántara.

Capítulo V:
                     Son las 10 de la mañana, todo andaba muy bien en el barrio, en la escuela de los chicos, el edificio friolento y humedecido como de costumbre, las señoras en las compras con los pocos ingresos que tenían de sus maridos, la guerra seguía irrumpiendo el cielo con las diferentes iluminaciones de los misiles que abaten entre los combatientes, la policía en su jurisdicción, y nada pensó que sucedía delante de sus ojos; Iva estaba en su lucha por escapar de las garras que fue retenida sin saber por qué, la levantaron de la silla para seguirle pegando como una forma de adormecerla naturalmente sin cuestiones de inyecciones o sedantes, la comida echa por un lado y el balde lleno de orines, hacían poco que los roedores se marchaban en busca de lo que ya no había en el cuarto oscuro, ella tirada en el piso como un animal sin vida, maltrecho, herido y ensangrentado trato de recobrar el sentido para pensar cómo fue que llego a ese lugar. 

Estaba tan adolorida  que poco a poco fue levantándose con ayuda de las palmas y la pared que la acompañaba, los cabellos mojados de sudor mezclados con la sangre que chorreaba en su rostro salidos de los golpes que le propinaron. Logro ponerse  de pie, toda tambaleada sin fuerzas llego hasta la silla y se sentó para orinarse encima de los pantalones apuntando al balde que estaba de bajo. El cuarto olía nauseabundamente, las cadenas sujetaban sus muñecas, era imposible escapar de ellas; bajaba al final del pasillo una mujer de cabellos rubio largos y de una edad aparentemente madura vestida con bata negra en las manos traía consigo una fuente o charola de plata con la comida y un vaso con agua metálico, la encontró sentada le alzo la mirada de un tirón de pelos y le abrió la boca para darle un bocadillo de esa sopa cremosa verde, ella solo la escupió, la mujer por su parte la abofeteo, y así sucesivamente hasta darle una proporción mayor de alimento, le hizo ingerir agua pero esta la rechazo y siguió propinándole golpes por cada escupitajo. Abandono el plato y se marchó de la habitación.

Iva estaba toda sucia con los residuos de los alimentos alrededor de la boca, no pronunciaba palabra alguna ni de desesperación, parecían que le había conocido los labios,  era una mudez de aquellas que parecía una muerte transitoria, pero gracias a ello le permitió alcanzar a escuchar un quejido de la otra parte de la habitación, era otra mujer seguramente en las mismas condiciones que ella, empezó a sonar mucho  más fuerte su tartamudez y así tratar de que se entere de que también se encontraba ella allí.  Soltó un grito que parecía desde sus más adentros pidiendo ayuda, pero se trataba de alguien prisionero, no era de la calle ni una visita que rondaba la casa donde se encontraba ella encadenada. Lloro desconsoladamente terminando por desmayarse.


Por las horas de 4: 05 pm, la señora Veronka encontraba en su cuarto de Iva una invitación a una fiesta de los chicos de la escuela, que se daría dentro de una semana, cogió el bolso y salió en busca de más información, a casa del dueño del cumpleaños –citaba la dirección en la tarjeta--, Zedka por su parte no tenía intenciones de ir porque  fue aquel muchacho que  a ambas le  soplaba las orejas de halagos y cosas bonitas, empero  Iva se sentía emocionada por sus cumplidos, mientras que Zedka es más escéptica no daba marcha a que los chicos continúen con sus propósitos  hasta llegar a un fin carnal, lo veía en el rostro de su madre la dureza de tratar a los hombres.

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