martes, 31 de enero de 2017

"MALOS PASOS"         Por:     Olav Alcántara.

Capitulo IX:
                      Zedka despertó llorando y sudando como si tuviese fiebre,  a tal punto que levanto a su madre y esta fue corriendo a su cuarto a verla. Ella pensó por un momento que fue producto de su imaginación o un sueño no transcurrió pero no fue así, esto si paso en realidad el día anterior.
Zedka suplico no ir a la escuela pero su madre nunca lo comprendió, decidió sacudirla y preguntarle qué es lo que había pasado, pero esta  continúo callando.

Había pasado ya una semana entera y ninguna pista de Iva, su madre moría de nostalgia y la policía no daba razón de alguna respuesta de su investigación, sentía desfallecer Veronka, pero por los dos menores que tenía consigo le daban fuerza para encontrarla.
Iva se encontraba cada vez en las peores condiciones infrahumanas, destrozada del rostro de todos los golpes que había soportado  y desnutrida, sin fuerzas para caminar y sin cabellos, le había cortado el cabello al ras del cuero cabelludo, las heridas eran prominentes y la sangre molida era parte de todo su virginal cuerpo, estaba desnuda completamente, despojada de ellas por razones que se desconocen, lloraba  y no aguantaba más maltrato, era una persona en estado catatónico o muerte transitoria, no se movía, la única razón que estaba viva es que daba gritos de dolor y llanto.

Era trata de blanca,  prostitución de parte del este de Europa, soviéticos enfermos que secuestraban a jovencitas para su deseo carnal o simplemente una legión que daba muerte a todas las que veía  con un rasgo o comportamiento  característico?, --era lo que comenzaba a pensar Zedka--. No se podía poner en presencia de esos malhechores nuevamente así que hacia lo imposible por no salir de casa al menos esa semana, se perdería la fiesta de karonka pero nunca le intereso, le daba poco.

La policía de Ljubljana, se comenzó a interesar  por los casos que empezaban a salir a la luz por los medios periodísticos, era como una vergüenza para su guardia el no proteger a la ciudad y menos a un barrio de refugiados que en su mayoría eran las chicas desaparecidas de ese lugar. Nunca se imaginó la policía que podría pasar estas cosas en una ciudad tan segura como es la capital eslovena, pero por muchos inmigrantes exiliados de la guerra en toda la región soviética, se daba marcha  a los acontecimientos que figuraban en las portadas de los diarios.
         Empezaban las constantes batidas en todos los barrios detrás de las fábricas abandonadas --barrios de refugiados--,  las demás zonas de la capital, ya eran 6 registrados los secuestros denunciados hasta el momento, todas mujeres de una edad promedio de 15 a 35 años, de nacionalidades diferentes mayormente ex soviéticas o de origen bosnio y serbio.

Zedka leyendo en los diarios del día siguiente empezó a sentir presión en su pecho, porque ella fue atacada un ayer  y la policía estaba tomando interés por esos crímenes y los hombres de negro pensarían que ella los denunciaría, y se quedaron con su cara que fácilmente puede ser ubicable en cualquier momento y eso la traía más nervioso aun. Pero porque ponerse nerviosa sin razón alguna, empezó a dar mensajes a la policía con las múltiples pistas que tenía en su cuaderno anotado de forma anónima, y colgaba la bocina: hombre de negro en furgoneta negra con placa C056-25.


Zedka se refugiaba en los libros de crímenes al paso, fue lo único que pudo encontrar en una librería antigua donde compro aquel libro, empaparse de ello y llenar su cuaderno con las mejores anotaciones con respecto al tema.

lunes, 30 de enero de 2017

"MALOS PASOS"      Por:      Olav Alcántara.

Capítulo VIII:
                         Balas y golpes se hacían presentes en la calle  debajo del edificio a horas de 3.45 am, se trataba de un supuesto atraco a una señorita, Zedka despertó de un solo salto de la cama y se asomó a la venta de forma sigilosa y vio a través de las blondas de las cortinas, y se asustó de ver lo que vio, aquella furgoneta cargándose a una chica aquellos hombre de  negro con una gorra de lana negra para esconder sus cabellos o si eran pelones, la drogaron a la chica al parecer por que no aparecía sangre por ninguna parte de la nieve, solo era el grito del forcejeo de la muchacha, pero igual se la llevaron, ya era  demasiado susto el que contenía Zedka, saco el cuaderno de golpe debajo del colchón y anoto la hora  la descripción de la chica vestida y cuantos hombres eran, cerro el cuaderno y se metió a la cama abrigándose de pieza a cabeza.

Zedka se levantó temprano y se fue a buscar en medio de la nieve donde fue el secuestro si habían dejado alguna pista o si se le había caído algo a la mujer que llevaron consigo, no hallo nada. Subió y desayunó para marchare a la escuela.
La señora Veronka subió temprano a la casa de la familia serbia de Zedka, preguntando si habían escuchado algo de lo que paso en la madrugada, pero la mama de Zedka solo atinó a decir que no sintió nada, mientras que ella también mintió, no querían ponerse en sobre aviso, determinaron que era lo mejor que podrían hacer,  Veronka bajo después de no confirmar su interés, llevando de paso a sus menores a la escuela.

Eran las 7 de la mañana y Zedka a su paso por la acera escucho al vendedor de los periódicos decir: extra, extra, chica es asesinada y arrojada a la basura, exclamaba el chiquillo, sin pensarlo dos veces ella compro un diario con el poco dinero que tenía y abro la página que arrojaba la portada y leyó detenidamente, MUJER ES ASESINADA Y ARROJADA ALA BASURA!, de forma muy grande para que nadie pueda escapar de ese artículo, fue entonces que le salto el corazón de un momento , pensado que se trataba de Iva, pero no era ella, data de una muchacha de unos 34 años de edad encontrada muerte en un bote de basura comunal, con marcas en las muñecas y los tobillos, al parecer la había torturado, con intenciones de violarla y robarle, pero no se trataba solo de un asalto en combinación de una acto sexual no permitido, sino más bien de un plan y ese plan era el que buscaba Zedka.

Zedka encerró en un círculo con un marcador color rojo el artículo en especial la parte de las ataduras en los puños y tobillos. Llegando a la escuela lo recorto y lo pego en su cuaderno de apuntes que lo cargaba a todos lados como especie de diario.

En la escuela no se hablaba de nada más que solo la bendita fiesta del nerd sin amigos, solo eran partes comprando amistad entrando en un círculo de chicos sociales y  populares de una escuela, vaya ridiculez, --pensó Zedka--. Escuchaba clases hasta que levanto el brazo y le pregunto a su profesor: porque los asesinatos se dan de forma conjunta y de una manera que hacen que dejen  su marca para responsabilizarlos si no quieren ser atrapados?, --atónito se quedó el maestro de ese entonces--; solo quería gritar y terminar con esta charla poco interesante que hablaba el maestro sin la preocupación que los alumnos le escuchaban o no.

Salió de clases, en si no quería estar en ninguna, solo lo hacía por cumplir con sus padres que rogaban que fueran algo mejor que ellos, pero para que ser alguien mejor si pueden arrebatarte la vida en un santiamén y lo que es peor donde te queda el titulo? En tu lapida tal vez? O en la memoria de los que fueron los tuyos?

Zedka caminaba de forma lenta pero segura, era lo que creía ella, mirando a todos lados hasta sus espaldas, se distrajo con algo caído en el suelo que al pararse se halló con el golpe de una señor que pasaba al ras de ella. A 10 metros más adelante se para una furgoneta negra, bajaron dos hombres rápidamente, la calle era sólida y no había nadie quien la pudiese ayudar, miro con el rabillo del ojo y se marchó corriendo pero fue inútil, llegaron alcanzarla unas cuadras más adelante,  solo la cogieron de los cabellos le acogotaron y le taparon la boca para que no dijera nada solo obedeciera todo y se subiera a la furgoneta, ella movió la cabeza en señal de obediencia,  miro a su lados y no divisaba nada, ninguna ayuda vendría por ella, se vio perdida, hasta que uno abrió la puerta de la furgoneta y el otro la empujaba, giro unos 180  grados y le metió una patada en los genitales dejo la maleta caer, pero logro levantarla con un solo dedo y corrió lo más que pudo, venia el autobús y se subió de un solo brinco. Logrando escapar de los malhechores no olvido lo que paso por esos instantes.


Zedka paso el mal momento de su vida, iba a ser víctima de las personas que ella misma vio cómo eran secuestradas. Llego a casa asustada con unos nervios que ella no podía controlar, su madre la vio pálida y le pregunto varias veces que le había pasado y ella solo atino a quedarse callada, se recuperó del susto y se marchó a su cuarto, abrió la mochila y encontró saco el cuaderno que por poco olvidaba por salvar su vida, empezó a redactar lo pasado y describir los rasgos de aquellos hombres hasta llegar a dibujarlos producto de la memoria. 
"MALOS PASOS"       Por:        Olav Alcántara.

Capítulo VII:
                               Empezaba el día, Zedka amaneció con un fuerte dolor de cabeza, tuvo unas pesadillas que no pudo conseguir el sueño, al parecer se trataba de una emboscada con un secuestro dado por los hombres de negros --la misma que se llevaban a Iva en aquella furgoneta--, despertó sudorosa, no tenía ganas de ir a la escuela, se vistió con un desgano y se marchó al hall para desayunar a lado de su madre, se preparó y arreglo los cabellos y se dirigió hacia la parada del autobús, se sentó en la parte final del autobús, y como quien no quiere dormir, en eso que se tiene un ojo abierto y otro cerrado pestañeando, vio un atraco en las avenidas cerca a su casa de camino a la escuela, se paró y se dirigió  al final del bus para poder conseguir visualizar bien a las personas; ella tenía la psicosis que todo se refería a aquellos hombres, su mente estaba casi predestinada a esa conjetura, pero no era de ese modo al menos no esta vez.

Llegando a la escuela todos se miraban con un asombro por aceptar ir a la gran fiesta que ofrecía karonka, el “nerd”; entre los  que decían era el chico más atractivo de la escuela que llevaría consigo a una muchacha, ella era Zedka, ella  por supuesto al escuchar su nombre se quedó perpleja, ya que no tenía ninguna intención de querer conocer a ese muchacho y menos ser el centro de atención de la fiesta, de todas maneras lo rechazaría si llegara  a proponérselo. Camino al final del pasillo y se metió a su salón a escuchar lo nuevo del profesor de historia.
Karonka en mitad de clase se cruzó de forma zigzagueante hacia la carpeta de Zedka para preguntar por Iva, que no venía hacia ya días a la escuela preguntándole: se encuentra enferma? Sabes si asistiría a mi fiesta?, Zedka solo atinó a decir que se fue de viaje con su padre. Karonka se quedó callado y se marchó hacia su lugar, el maestro entro y empezó su profunda y tediosa clase que aburría a todo el mundo con la época de la guerra y la era cambiante y los refugios de los exiliados soviéticos.

En su cuaderno de apuntes, Zedka recordaba todo lo escrito, y trataba de armar un rompecabezas con las piezas claves que tenía en él; pareciera que se tratara de una organización no soviética y menos de la policía del país helvético, formulaba una libre transición de una furgoneta a lado de la policía o en complicidad con ellos, pero terminaba por borrar esa teoría de su mente. Continúo haciendo círculos en una hoja mientras su cabeza reposaba en su mano izquierda mirando al profesor hablar.

Sonó el timbre del término de la clase y se dirigió a la biblioteca para buscar libros policiales o criminológicos, pero solo se  los  daban a los profesores como método de teorías conspirativas jamás podría alcanzar a coger uno para echar una ojeada. Desilusionada se marchó a deambular por el patio, viendo de lejos al chico atractivo para muchas menos para ella que se acercaba a su persona, se paró quien de forma arrogante para decir  de un solo tirón: quieres ir conmigo a la fiesta del nerd?, ella lo que respondió determinadamente un NO, contundente, se vio herido por su reacción el ego que no le dejaba que nadie pueda rechazarlo y atino por solo  acomodarle el cabello detrás de la oreja y darle un beso en la mejilla provocadoramente e irse.

Zedka en sus adentros solo se rió de una forma burlona –era segura decidida y con mucha independencia, diferente a su amiga que era más emocional y muy crédula--, cogió la mochila y se marchó a su segunda clase del día.

Daban las 12 y media de la tarde, cuando al salir de la escuela en la puerta se encuentra con la madre de Iva, saludándola de forma extraña –pensaba que venía por ella--, se marchó a paso lento y sin mirar hacia atrás por una cuadra, luego determino que voltearía para saber qué hacía, fue donde encontró a karonka hablando con ella, lo saco hacia un lado y atino a observar cada milímetro de sus reacciones de ambos, vio que se despedía del chico y se marchó la seora Veronka, con unas manos temblorosas o de forma inquieta de no encontrar a respuesta que fue a buscar con el nerd. Preguntándose qué hacía con él o que fue a preguntarle, volteo y siguió caminando.
En el cuaderno de apuntes solo anoto: visita de la Sra. Veronka a la escuela y ver a karonka.


Sentía mucha pena al ver los días como transcurría sin su amiga y a la señora desesperada de no ver a su hija mayor. 

viernes, 27 de enero de 2017

"MALOS PASOS"        Por:       Olav Alcántara.


Capítulo VI:
                            Veronka, la madre de Iva llego a la casa del cumpleañero, un muchacho mofletudo de aspecto obeso con gafas oscuras gruesas, pero el más erudito del salón de clases, cumplía 16 años en una semana, y las invitadas eran casi todos los jóvenes de su salón de curso; sin embargo celebraba su cumpleaños porque no tenía muchos amigos y en el asistirían los chicos más populares de la escuela. Cual fiesta donde se excedían muchos comportamientos; le hizo la consulta a la madre que salió al abrir la puerta y saludarla muy cortésmente: buenas tardes, --lo que contesta ella--, necesito saber si el chico karonka vive en esta casa?,  si, y quien lo busca? –contra preguntó la dueña de casa--,  estoy desesperada, mi hija fue secuestrada y no sé nada de ella, no sé si sepan algo en la escuela, pero  tengo pocas pista de su paradero casi ninguna, ud como madre entiende mi situación y quería preguntarle al chico sobre  ese día, podrá ser?  --a lo que  respondió la señora Veronka--.
Karonka no se encuentra en estos momentos, pero si deja alguna dirección o mañana en la escuela podría hablar con él, le parece? – Pregunto la ama--, está bien  gracias intentare hablar mañana con él a la salida de la escuela. Buenas tardes.

Zedka se encontraba en su cuarto leyendo todo sobre secuestros y crímenes por los artículos de periódico que ella acostumbraba a guardar para tenerlos como alfombra si es que entrase el agua por las goteras que tenía aquel viejo edificio. Nunca fue su fuerte la lectura pero ella se implicó mucho desde que vio a muchas personas subir a la fuerza en aquella furgoneta negra. Apuntaba todo lo que era necesario en su cuaderno, entro  empujando la puerta su madre, a avisarle sobre la cena, pero  dicho sea de paso retrocedió lentamente para terminar por preguntar: sabes algo de tu compañera del piso de abajo?, Zedka solo meneo la cabeza en señal negativa, se marchó.

Después de la cena marcaban las 8.00 de la noche, cuando le acudió una provocación de fumar a hurtadillas de  la madre, salió al pie del edificio y lo empezó a hacer; vio cruzar a un señor  vagabundo de negro  recogiendo la basura para comer lo que encontraba en él, le pareció de lo más asqueroso pero no le quitaba la mirada para saber de dónde venía o a donde se dirigía,  era una chica muy observadora, la aturdió una serena azul que pasaba en la calle de enfrente muy velozmente, los policías en cuidado de la noche al parecer, fue lo que pensó.


El hombre  alzo la cabeza después de esculcar los vagones de basura y se topó con la mirada amenazadora, con cigarro en mano le mostró y lo tiro al piso para apagarlo de otra manera más provocativa a su mirada. Subió a su casa directo  a su cuarto, busco el cuaderno y anoto lo siguiente: hombre  indigente de capa negra y mirada amenazadora, era la tercera vez que lo veía pero la primera en hacerle caso y marcarlo como un enemigo.

Zedka solo espero al amanecer para seguir con su vida diaria, esto de armar y pesar la agotaba mucho, solo tenía la esperanza que apareciera su amiga con vida y pronto.
" MALOS PASOS"           Por:    Olav Alcántara.

Capítulo V:
                     Son las 10 de la mañana, todo andaba muy bien en el barrio, en la escuela de los chicos, el edificio friolento y humedecido como de costumbre, las señoras en las compras con los pocos ingresos que tenían de sus maridos, la guerra seguía irrumpiendo el cielo con las diferentes iluminaciones de los misiles que abaten entre los combatientes, la policía en su jurisdicción, y nada pensó que sucedía delante de sus ojos; Iva estaba en su lucha por escapar de las garras que fue retenida sin saber por qué, la levantaron de la silla para seguirle pegando como una forma de adormecerla naturalmente sin cuestiones de inyecciones o sedantes, la comida echa por un lado y el balde lleno de orines, hacían poco que los roedores se marchaban en busca de lo que ya no había en el cuarto oscuro, ella tirada en el piso como un animal sin vida, maltrecho, herido y ensangrentado trato de recobrar el sentido para pensar cómo fue que llego a ese lugar. 

Estaba tan adolorida  que poco a poco fue levantándose con ayuda de las palmas y la pared que la acompañaba, los cabellos mojados de sudor mezclados con la sangre que chorreaba en su rostro salidos de los golpes que le propinaron. Logro ponerse  de pie, toda tambaleada sin fuerzas llego hasta la silla y se sentó para orinarse encima de los pantalones apuntando al balde que estaba de bajo. El cuarto olía nauseabundamente, las cadenas sujetaban sus muñecas, era imposible escapar de ellas; bajaba al final del pasillo una mujer de cabellos rubio largos y de una edad aparentemente madura vestida con bata negra en las manos traía consigo una fuente o charola de plata con la comida y un vaso con agua metálico, la encontró sentada le alzo la mirada de un tirón de pelos y le abrió la boca para darle un bocadillo de esa sopa cremosa verde, ella solo la escupió, la mujer por su parte la abofeteo, y así sucesivamente hasta darle una proporción mayor de alimento, le hizo ingerir agua pero esta la rechazo y siguió propinándole golpes por cada escupitajo. Abandono el plato y se marchó de la habitación.

Iva estaba toda sucia con los residuos de los alimentos alrededor de la boca, no pronunciaba palabra alguna ni de desesperación, parecían que le había conocido los labios,  era una mudez de aquellas que parecía una muerte transitoria, pero gracias a ello le permitió alcanzar a escuchar un quejido de la otra parte de la habitación, era otra mujer seguramente en las mismas condiciones que ella, empezó a sonar mucho  más fuerte su tartamudez y así tratar de que se entere de que también se encontraba ella allí.  Soltó un grito que parecía desde sus más adentros pidiendo ayuda, pero se trataba de alguien prisionero, no era de la calle ni una visita que rondaba la casa donde se encontraba ella encadenada. Lloro desconsoladamente terminando por desmayarse.


Por las horas de 4: 05 pm, la señora Veronka encontraba en su cuarto de Iva una invitación a una fiesta de los chicos de la escuela, que se daría dentro de una semana, cogió el bolso y salió en busca de más información, a casa del dueño del cumpleaños –citaba la dirección en la tarjeta--, Zedka por su parte no tenía intenciones de ir porque  fue aquel muchacho que  a ambas le  soplaba las orejas de halagos y cosas bonitas, empero  Iva se sentía emocionada por sus cumplidos, mientras que Zedka es más escéptica no daba marcha a que los chicos continúen con sus propósitos  hasta llegar a un fin carnal, lo veía en el rostro de su madre la dureza de tratar a los hombres.

jueves, 26 de enero de 2017

"MALOS PASOS"          Por:   Olav Alcántara.

Capitulo IV:
                     Zedka se encontraba agitada por haber corrido tanto y en tan pocos minutos sin que pudieran verla y la furgoneta detenerse, doblo y se fue a casa, golpeo la puerta con un desespero y la voz  entrecortada de lo que había acontecido esquiva a su madre y se mete a su cuarto, busca el cuaderno y anota lo siguiente: Furgoneta negra, dos hombres robustos secuestraron a una chica de unos 22 años, placa del auto C056-25, hora aproximada 5.35 de la tarde, calle Centrika boulevard. Cierra su cuaderno y se dirige a donde su madre pero le oculta lo acontecido; coge un vaso  y lo bebe sin parar hasta terminárselo, su madre la queda mirando como una lerda.


La señora Veronka subió a casa de la familia de Zedka para hablar con ella, a las 7.56 pm horas de la noche, si es que sabía algo o en la escuela habrían dicho algo referente a la ausencia de Iva, pero al parecer todo marchaba como si nada hubiese sucedido. Zedka solo atinó a decir que no había ido a la escuela por encontrarse mal de los nervios y su madre la había dado el permiso de faltar por ende no sabía nada de ello, cerró la puerta y la señora se marchó sin soltar palabra alguna.
Que mal educada esta niña!, dijo para sus adentros la señora; llamo al puesto de patrulla para ver si tenían alguna pista del paradero de su hija a lo que le responden: señora, estamos haciendo todo lo posible por encontrar a su hija, ayude a colgar afiches o avisos en las calles sobre si alguien la ha visto, estaremos comunicándonos con ud a cualquier novedad, buenas noches. La señora solo dejo caer la llamada y colgó el telefonillo.

Es 23  de noviembre de 1945, las guerras no paraban y las potencias estaban siendo hermanadas para defender al indefenso, eso pintaban en la radio, pero la realidad era otra.  Han pasado 3 días casi desde que desapareció Iva, pero en cuanto logre averiguar alguna pista iré con la policía, pensó Zedka, mientras se dirigía a la escuela,  a los lejos divisaba a la señora con sus menores también camino; solo a caminar a paso lento sin que nadie la viese, tapada por el frio  hasta la punta de sus cabellos, fue entonces que sentía un pánico desgarrador al irse sola. Se apresuró esta vez porque no quería pensar que les pasase lo que a las demás personas, entro al colegio y se sentó en la carpeta final de su salón, cursaba en su último año. Entro el maestro de historia pero no sin antes  soltar la noticia que hallaron muerta a una persona cerca de la escuela, a dos calles para ser exactos, lo confirmo con el periódico que traía en las manos, Zedka sentía morirse, se levantó y se marchó dejando al profesor con la palabra en la boca; compro un periódico a las afueras de la escuela y empezó a leer de pie a cabeza. Caminaba toda perpleja, sentía que era su amiga, una mujer de 15 años promedio de cabellos negros y ojos prominentes, pero no se dio  con la sorpresa que era una mujer de 45 años violada y asaltada sin testigos y sin saber de los culpables, al parecer la dejaron en una bolsa tirada al pie de una acera cubierta por la nieve con marcas de manos en su cuello. Comenzó a respirar hondo, pero no tranquilamente, quería unir cabos de quien habría hecho eso y si tendría que ver con el secuestro de su amiga. Metió el periódico en su mochila y no retorno al colegio, se marchó a casa.
Su madre se asustó al ver entrar a su hija y no estar en la escuela empero esta le explico el porqué de su retiro. No convenciéndose la castigo a estar encerrada en su cuarto. Zedka empezó a leer una vez más y ver la fotografía de la mujer  estrangulada cerca de su colegio. Todo indicaba según el artículo que desapareció hacia una semana, y nadie  denunció su desaparición, ni amigo sin familiares. Recorto el periódico y lo pego en su cuaderno de notas.


Zedka escucho un grito tan exorbitante que salió por la ventana de su cuarto a observar lo que pasaba, era una señora que estaba peleando con un policía de cuerpo celeste, por unos papeles o documentos que se apreciaba a lo lejos, cerro la ventana y se concentró en sus apuntes.


miércoles, 25 de enero de 2017

"MALOS PASOS"          Por:   Olav Alcántara.

Capitulo III:
                    Iva!.... grito enormemente la señora Veronka, al despertar a todos sus menores que estaba durmiendo a lado de ella, con la respiración y el sofoco de una terrible pesadilla que estaba teniendo con su hija, no podía creérselo que fue corriendo a su cuarto a buscarla, pero todo era parte de la realidad, era cierto, se la habían llevado unos malhechores con que intenciones. Su desaparición  en el edificio no fue la única, también yacía desaparecido  una muchacha de 22 años llamada Katrina,  dos días antes de lo de Iva; al parecer no era huésped del legendario edificio antiguo y  húmedo, pasaba una tarde por allí y fue asaltada y raptada por esa misma furgoneta, de las cuales  Zedka e Iva fueron testigos de un punto visual muy lejano al lugar de los hechos.
La señora Veronka fue muy temprano a llevar a sus hijos a la escuela, - esta vez no quería separarse de ellos nunca más, le bastaba que a su hija se la llevaran como para perder otro- , luego continuo a la comisaria a investigar sobre el paradero de Iva, al no encontrar ninguna respuesta positiva se marchó a casa a llorar desconsoladamente sin que nadie la viese, admirando sus vestidos que Iva tenía en su cuarto.

Iva por otro lado tenía una bolsa negra de tela gruesa que cubría su rostro, atada de manos y pies con una cadena ancha sobre una barandilla de metal en una habitación oscura desolada que contaba con una silla y un hueco en medio para que haga de retrete con un balde metálico debajo y así depositara sus necesidades. Ella se despertó después de muchas horas sedada, con los cabellos negros largos se ahogaba dentro de esa bolsa. Solo atinaba a balbucear sin algún sentido, soplaba y soplaba la bolsa como queriendo buscar aire, grito como expulso de su terror ensimismado, bajo un hombre fortachón de más de 2 metros de altura pelón, quien le retiro la bolsa negra y la abofeteo soñándola de un solo golpe.

Zedka tenía un temor por salir a la calle que ese día falto a la escuela, su mama sentía que estaba enferma ya que el terror de no ver a su amiga y que se la llevara fue algo muy fuerte, sin embargo decidió escribir unas letras en un cuaderno viejo para que no se le olvidara nada desde esos días que fue espectadora de como esa furgoneta se llevaba a  muchas personas día por día.

Eran las 4 de la tarde en la ciudad friolenta de Ljubljana, en un distrito alejado del centro, unos edificios abandonados de tras de la fábrica oxidadas, una comunidad de refugiados y expectorados de sus orígenes, daba rumbo la policía, rondando por todas partes, para ver si daba con el paradero o algún sospechoso en la zona; encontraron a un hombre de atuendo negro de los pies a la cabeza con aspecto maltratado y mirada perdida, un drogadicto al parecer, se detuvieron y le hicieron un par de preguntas hasta forcejearlo a que hablara ya que este se resistía, la policía puso de lo suyo para poder  intentar sacar información donde vivía y que hacia sentado en la nieve acompañado de un barril de basura echando fuego para calentarse, se  trataba nada menos de un ex militar retirado y expulsado de la ex unión soviética, indigente y de  malos vicios. Lo soltaron y se marcharon a seguir su ronda por todo el perímetro del edificio.


Zedka fue en busca de alguna pista por la calle donde abordaron a su amiga y la tienda donde ella compro los cigarros,  preguntando en horas de la tarde, nadie vio pasar a ninguna furgoneta por esos lares, caminando y en la orilla de la acera que daba la curva para la otra calle hallo la cadenita de su amiga que tenía un crucifijo que su madre de Iva le había regalado en su último cumpleaños. Lo dedujo que era de Iva porque siempre lo traía  consigo. Se lo metió al bolsillo y se marchó a casa a seguir escribiendo sobre un dato más,  pero en ese entonces  caminaba a paso largo, en una avenida cerca de la calle que giraba encontró aquella furgoneta negra extraña rondando como si quisiera otra presa para secuestrarla, la vio y se dio media vuelta, se escondió en uno de los muros y no se despegaba sin saber otra hazaña de aquellos hombres. Fue entonces cuando paso una muchacha de cabellos castaños alta delgada con una sacón rojo y botas negras, paso por el lado de la furgoneta que se hacía pasar como si estuviese estacionada, y por detrás salieron dos hombres fornidos y le taparon con una bolsa negra la cabeza de la muchacha y se la llevaron, el grito de aquella no era tan alto porque no le dio tiempo a reaccionar. Zedka, atendió a seguirlos y correr detrás de la furgoneta para poder memorizar la placa y doblar en la siguiente esquina. 
"MALOS PASOS"         Por:   Olav Alcántara.

Capitulo II:

                  Siendo las 7 am, el  invierno azotaba con todas sus fuerzas y los abrigos de inviernos pasaban por simples telas de verano que sin estar  vieja  su delgadez era maniobra completa del viento que soplaba,  abrigadas hasta las orejas y el ultimo cabello, Iva y Zedka se marcharon al colegio con sus dos hermanos menores de esta primera, caminaron hasta la parada que el bus llegaba en tan solo unos minutos. Zedka con el frío en el cuerpo y los nervios por su examen de historia le vendrían a la mente el esfuerzo del porque estudiamos?, si solo es historia que no servirá para nada y menos defenderse de unos pandas o de los mismo policías de la ciudad, para qué? Terminaba pensando Zedka después de que un chasquido con los dedos Iva la hacía despertar de su viaje.
Zedka echaba una mirada por la venta del autobús cuando de pronto otra forcejeo se impregno en sus cristales azules, un policía amedrentaba a una niña de promedio 16 años como ella, se asustó mucho que llamo a Iva para que viera lo mismo que ocurrió el día anterior a horas de la tarde. Subieron esta vez a una chica, claramente Zedka e Iva vieron y se quedaron inmovilizadas de lo que sucedía preguntándose el por qué. 


Llegaron a la escuela y se separaban ya que una estaba en un grado menos que la otra, se prometieron verse a la salida.
La madre de  Iva conversaba con otras dos señoras de lo que había sucedido el día anterior al pie del edificio sobre unos hombres de negro y una furgoneta con el título de “POLICIJA”, claramente se preocupaban porque el servicio policial tenía el uniforme azul oscuro nacional y estos no. Pensaron que se trataba de unos narco-traficantes que eran capturados por el servicio secreto de estado. Dejaron ir su imaginación terminando por marcharse cada una  a su paso.

Salieron de clases y en la puerta yacía Zedka esperando a Iva para marcharse a casa junto a sus hermanos pero los menores saldrían después de una hora,  era tiempo de reunión de padres y la maestra, no dudaron ni  un solo segundo en irse juntas y rápido para no encontrarse con su madre en el camino y las retornaran o lo que era peor  devolverlas a la escuela a esperar que saliera ella con los menores, y eso hubiese sido un suplicio para Iva. Caminaron a paso veloz hasta cambiar de senda pero no de rumbo; en la conversación Zedka volvió a preguntar por qué  venían esos hombres de negro a llevarse en aquella furgoneta a varias personas, no tenía identificadas la coincidencia de  algo en específico por los hombres. Continuaron hablando pero esta vez  cambiaron de tema, llegando a una tienda para adquirir unos cigarrillos que se le antojaban a Zedka, se creía que era mayor y su edad se lo permitía para dar el paso a fumar de vez en cuando unos cigarrillos con sabor a canela dejando a Iva en la esquina para no comprometerla con la bodeguera. Saliendo de la tienda  escucho un grito a lo lejos que terminaban por cerrar la furgoneta negra con aquellos hombres que se llevaban a su amiga, un viento frio y seco  paso por su rostros quedándose atónita de que habían raptado a su amiga. Corrió sin mas no poder hacia la otra dirección para ir a casa e informar a su madre de lo acontecido, esta se encontraba en el colegio con los menores esperaba nerviosa en su casa hasta  ver por la ventana desde lo alto del edificio  entrar a la madre de Iva, corrió de un salto hasta dar alcance a la señora Veronka, e informar de lo sucedido hacia un hora, la señora por su parte se quedó inmóvil hasta reaccionar de un grito que asordaba a los presentes, dejo a los niños con la madre de Zedka y se dirigió con esta a la comisaria del lugar para informar de los hechos.

Llegaron al puesto de policía, donde  exaltada la señora Veronka, quería denunciar un secuestro por unos hombre de negro en una furgoneta del mismo color con el título diseñado de POLICIJA. Al prestar atención a las suplicas de la señora, dijeron que no tenían ninguna fuerzas policiales como las que describen, todos sin excepción tenemos un solo uniforme y es este el que ve ud, no podemos estar inventando fuerzas que no corresponden al estado, fue lo que dijo el comisario de turno. Tomándole la declaración a la testigo, quien fue su amiga, que estuvo a su lado hasta esos momentos, la grabaron y las dejaron ir con la promesa que empezara la búsqueda de lo acontecido.

Camino a casa, Zedka consolaba a la señora  Veronka, se sentía muy triste de no ver a su hija y quien sabe cuándo la vería en buenas condiciones. La señora se secó las lágrimas ex abruptamente y miro a los ojos a Zedka, preguntándole: por qué parte estaban caminando y donde se dirigían y por qué la dejaste sola? Zedka con tartamudeo le respondió hipnotizada de esas tres preguntas en una sola oración, a medio decir  por temor a que se enterara de que fumaba cuando le vienen antojos y si lo decía se lo contaría a su madre, eso era un castigo durísimo. Atino por decir que fue a la tienda a por unas toallas higiénicas y prefería hacerlo sola mientras que Iva esperaba a tan solo 5 metros de donde se encontraba, todo sucedió en menos de 3 minutos mientras la señora apretaba con sus dos manos los hombros hasta hacerla hablar de la cuenta pero esta se echó a llorar y corrió  a su casa soltándose de las garras de la señora.


Pasaron las horas y no había noticia de la policía, la señora Veronka y sus menores hijos no se despegaban de la cama, el reloj continuo con el sonido de sus manecillas hasta el día siguiente.

martes, 24 de enero de 2017

" MALOS PASOS "         Por :   Olav Alcántara.

Capítulo I:

                Érase una mañana en medio de la neblina y la nieve caía cubriendo toda la acera y los tubos soplando el humo blanco que salían de las fabricas cerca al edificio donde residía Zedka; una muchacha de apenas 16 años,  con su familia emigrantes de Serbia, por motivos de  la guerra de ese entonces,  -1945-, venía sucediendo las divisiones e invasiones de tropas tomando las diferentes ciudades que  cubría Ljubljana, Eslovenija (Eslovenia).
Iva, una niña de 15 años, de origen Bosnio, por la guerra en Sarajevo, ella y su familia se fueron a vivir a Eslovenia, centro de la capital en un edificio abandonado como parte del refugio, en el piso de abajo sucesivo al de Zedka, su vecina, que  con el pasar de los dos años ambas crecían en un gueto con las mascotas  grises producto de las fábricas y sus mermas que arrojaban eran participe de su atractivo de los callejones fríos y congelados de aquel edificio.
Ambas pertenecían a familias distintas, con cada problema que solo ellos entendían en su propia cultura después de abandonarlas, pero eso no influenciaba en ellas, se juntaban a la salida de la escuela y a la hora de  botar la basura al pie del edificio, sus miradas eran tristes pero muy cercanas una a la otra. Comprendían de lo que escuchaban y las tareas de la escuela que se  les imponía, todo sucedía de una forma normal en el crecimiento de ambas sin darse cuenta de que algo empezaba a ir mal con el pasar de los días en esa época que el clima azotaba en Ljubljana.
Las tropas de las fuerzas armadas rusas llegaban a hacer una limpieza rápida de las malas costumbres  de los refugiados en todos los edificios de la zona, depurándolos con una simple batida de papeles confiscados y el que no tenía identificación eran subidas a una furgoneta negra con el nombre de  “Policija”.
Iva y Zedka se encontraron en el camino  rumbo a casa, pero divisan a unos metros un disturbio frente a las fábricas oxidadas, cerca al edificio donde ambas viven, se detiene  y se cogen las manos después de mirarse fijamente una a la otra, pensando que no continuarían su curso, escapando y ocultándose a unos  árboles de invierno. Dejan que se marche llevándose a unas personas que no intentan descifrar quienes son, y la furgoneta logro  huir a una velocidad impresionante. Eran las 2 de la tarde y la calle se encontraba algo desolada con el sol a poca esfera de su brillo apuntando a la nieve caída y los ojos de estas.
Corrieron a casa después de marcharse la furgoneta, se dirigieron cada quien su casa, contándole lo sucedido a quienes estaban presentes en ellas, pero ya se les habían adelantado lo que aconteció, asombrada Iva por la pronta respuesta de su madre le dijo: Sabemos lo que paso solo queríamos que estuvieras bien, no vuelvas a salir por el momento Iva.


Se dejó caer en el sofá y con los ojos  vigorosos llenos de impotencia atino a tomar una ducha después de pensar que era lo que estaba pasando, se reunión con Zedka  después de dos horas en los pasadillos y a tratar de hablar o averiguar lo que había sucedido…



miércoles, 18 de enero de 2017


UN MANIQUÍ CON VIDA

   
            La top model Ruslana Korshunova hubiese cumplido los 30 este año. Conoció un ascenso meteórico y conquistó al mundo de la moda, pero algo la llevó a quitarse la vida un día de 2008.
Ruslana Korshunova (Almaty, República de Kazajstán, 1987 - Nueva York, 2008) contaba con todos los ingredientes para triunfar cuando llegó a Europa con solo 15 años: era una joven dulce, tímida y sonriente, con una melena castaña que le llegaba hasta las rodillas, y provenía de la antigua Unión Soviética, el reducto predilecto de la industria para descubrir a las modelos que después desfilarían en las pasarelas internacionales.
Precisamente de Almaty y decepcionada volvía la cazatalentos Tatyana Cherednikova: en el concurso de belleza al que había asistido no había encontrado a ninguna chica que le pareciese interesante. Por eso durante su viaje de vuelta en avión decidió ojear una revista para distraerse y olvidar el reciente fracaso.  Pronto una fotografía llamó su atención: acompañaba a un artículo sobre el club de alemán de una escuela de la ciudad y en ella la protagonista era Korshunova.
Años antes, su madre había enviado a la pequeña a una de las mejores escuelas de la capital para que allí pudiese perfeccionar su nivel de alemán. Se le daba bien y era el pasaporte perfecto para acceder a una plaza en la universidad europea. Años antes, el padre de Korshunova había ejercido un importante cargo como oficial del Ejército Rojo, pero este había fallecido cuando ella era una niña. Desde entonces, la situación económica de su familia había dado un vuelco, por eso conseguir un buen expediente académico era la única forma de mejorarla.

Sin embargo, una llamada las distrajo de sus propósitos. La cazatalentos estaba dispuesta a ofrecerle a Korshunova un contrato como maniquí, aunque su madre no estaba por la labor. “Me dijo que tenía que estudiar y que era muy joven. Y durante toda la conversación se mostró muy desconfiada”, comentó años más tarde Cherednikova.  

Su mayor temor era que su hija acabase atrapada en una red de prostitución, pero la ilusión de su hija consiguió aplacar su recelo. “Mamá, tenemos que intentarlo. Iré solo una vez y lo intentaré”. Entre su entusiasmo y las promesas de la cazatalentos, que resultaban de lo más tentadoras, Valentina no pudo negarse. “Claro que me siento culpable. Ahí estaba, feliz con su madre y preparándose para ir a la universidad. Y de repente aparecí yo y le dije: 'Hola, ¿por qué no vienes al mundo del modelaje? Todo es muy bonito allí...'. Y luego todo acabó como acabó. Pero la verdad es que yo pensaba que sería una buena forma de que consiguiese algo de dinero para ir a la universidad. De hecho lo es para muchas chicas. Es una oportunidad”, reconoció Cherednikova ante el director de cine y periodista Peter Pomerantsev.
Desde el principio de su fugaz pero prolífica carrera como modelo, Korshunova pisó fuerte. Su primera agencia, Models 1, se había interesado una década antes por Naomi Campbell y Linda Evangelista. Y ella no poco tenía que envidiarles. “¡La vi de casualidad y parecía salida de un cuento de hadas! Teníamos que encontrarla así que buscamos sin descanso hasta que lo logramos. Era increíble, con rasgos felinos y una belleza intemporal.”, contó Debbie Jones a la edición británica de Vogue en 2005.

Su madre, de la que nunca se había separado, la acompañó a Londres para realizar su primera sesión de fotos pagada. “Hasta que llegó a París, nunca se había lavado el pelo ella sola. Era su madre la que lo hacía por ella”, comentó Cherednikova. Korshunova participó en la semana de la moda de Londres y desfiló en las principales pasarelas de todo el mundo, pero su nombre dejó de ser uno de entre miles de chicas después de protagonizar el anuncio de la fragancia Nina, de Nina Ricci.
Desde entonces, revistas como Vogue o Elle se la rifaban para que protagonizase sus portadas y era la modelo predilecta para diseñadores como Marc Jacobs o Donna Karan.
Todo ese trabajo pronto dio sus primeros frutos: en apenas unos años, Korshunova ya se había comprado un apartamento en el distrito financiero de Manhattan y se preocupaba por enviar dinero semanalmente a su madre y a su hermano, con los que se comunicaba a diario. Pero pesar del éxito, el dinero y la belleza, Korshunova echaba de menos su antigua vida y a su familia y amigos, y para superarlo se refugiaba en la poesía.
El 28 de junio de 2008, tres días antes de cumplir 21 años, Ruslana Korshunova se abalanzó desde el noveno piso de su apartamento, en la calle Water Street, a las 2:30 de la madrugada. Horas antes, Korshunova había estado con su exnovio Artem Perchenok viendo Ghost. A pesar de la ruptura, ambos mantenían una buena relación y seguían compartiendo la custodia de un gato. “Creo que se dio por vencida”, comentaría él después, aun en shock, tras conocer el suceso. “Ahora siento que vino a despedirse de mí”.
La supermodelo acababa de volver de París y tendría que volar a Texas días después. Sin embargo, el actual novio de Korshunova, Mark Kaminsky, que había quedado con ella para ir a la fiesta de cumpleaños de su mejor amiga, creía que “estaba haciendo lo que le gustaba”. Se habían mudado juntos a su casa de Staten Island dos días después de conocerse, pero a pesar de que ella conservaba su apartamento en Manhattan. Para Kaminsky, su muerte resultó tan impactante como para los demás. “Estaba haciéndolo genial. Era una supermodelo y estaba muy contenta por serlo”.
Su mejor amiga de la infancia, Kira Titeneva, tampoco entendía qué le podría haber pasado a Korshunova, que se encontraba en la cima de su carrera. “No había señales. Eso es lo que me está volviendo loca. No entiendo por qué razón haría algo así”. Sin embargo, para otros conocidos de la joven, su final no resultó tan inesperado. “Supongo que de repente dejó de ser la chica nueva. Y eso la hizo caer en una depresión. Al fin y al cabo, ella ya había hecho su dinero y quería abandonar ese mundo cuanto antes”. La fama no la había cambiado. Korshunova seguía siendo una chica de 20 años que quería estar cerca de su familia, pasar tiempo con sus amigos y divertirse sin demasiadas responsabilidades. Por eso había decidido celebrar su 21 cumpleaños en Pensilvania con su novio y unos amigos, lejos de la Gran Manzana y su glamur.
La madrugada trágica la policía aseguró que se habían encontrado varios botes de pastillas en su apartamento. Aunque su madre y su mejor amiga se sorprendieron al conocer la noticia, sus cambios de humor se encontraban a la vista de todo aquel que quisiese reparar en ellos. Tres meses antes de su muerte, Korshunova escribió en sus redes sociales: “¿Lograré encontrarme algún día?”. Y también: “Duele como si alguien se llevase una parte de mí y la rompiese, de manera despiadada y la zapatease por todas partes y después se deshiciese de ella”. En otra publicación era aún más dura consigo misma: “Soy una puta. Soy una bruja. No me importa lo que digas... Sé que mis anteriores relaciones no funcionaron porque soy impredecible”.
Además de Perchenok y Kaminsky, la supermodelo mantuvo una historia de amor con un magnate ruso del que se enamoró perdidamente, pero que después acabó abandonándola. Peter Pomerantsev habló con su amiga Luba sobre este incidente que dejó a su amiga devastada. La mala suerte en el amor, el estrés continuo que supone trabajar como maniquí y una supuesta pertenencia al grupo de culto moscovita Rosa del Mundo podrían ser las claves de su aciago final. Según las fuentes de Perchenok, ella solo había sido el primer caso de una gran lista de perjudicados. “Primero Ruslana, ahora Anastasia. Me pregunto cuál de mis amigas será la siguiente.”
Solo un año después de que Korshunova se tirase desde el balcón de su casa, la modelo ucraniana Anastasia Drozdova siguió su camino. Ambas compartían los mismos síntomas premonitorios: se habían vuelto más violentas los últimos meses, habían perdido bastante peso y habían pagado más de 300 euros por cada sesión de la Rosa del Mundo. De ser así, en estos encuentros habrían tratado sobre sus traumas con un método de presión psicológica llamado Lifespring, que ha llevado a muchos de sus miembros a sufrir problemas psiquiátricos y que se ha relacionado con seis fallecimientos.
Aquellos que lo han experimentado aseguran que la organización te permite experimentar picos de excitación muy importantes y al abandonarla te sientes completamente vacío. Korshunova se sentía exactamente así, pero nunca sabremos a qué se debía exactamente su dolor: si a un desarraigo infantil, los estragos de una industria que presiona a las mujeres hasta convertirlas en un objeto, o el desamor. O quizás una mezcla de todo ello. La única respuesta es que nunca logró apartarlo de su vida. Y un día de verano de hace nueve años prefirió apartarse ella.

Olav.-