viernes, 12 de mayo de 2017

"MALOS PASOS"         Por:    Olav Alcántara.

Capítulo XI:

                    Amanecía en la casa de Zedka, todo aparentaba que está bien en el friolento edificio pero la policía estaba investigando casa por casa buscando información de los últimos acontecimientos que sucedieron en el barrio de los refugiados ex soviéticos -- se sabe que en esa semana secuestraron a una señorita--, nadie dio información de lo que vieron por represalias de los hombres de negro, Veronka estaba más que nerviosa por lo sucedido con su hija, su desesperación formaba parte de los nervios que le impulsaba a hablar con reclamo por no saber del paradero de IVA y menos que la policía eslovena no tuviera ningún resultado; se complicaba la cosa en cuanto a las chicas desaparecidas y los periódicos informaban revolviendo toda la inutilidad que ellos tenían por el ineficiente trabajo que venían haciendo. 


Zedka atinó a abrir la puerta para dar testimonio de lo que el Policía le entrevistaba, ella se quedó callada y atinó a responder lacónicamente y monosílaba mente lo que le preguntaban sin dar más información de la que tenía, menos de adelantarse del último secuestro de la noche anterior en casa de karonka. No sabía a ciencia cierta a quien fue que se llevaron, no alcanzó a ver la matrícula de la furgoneta y menos la cara de aquellos hombres, la terrible caída la interrumpió en sus averiguaciones por el baño anexo al jardín. Despacho de forma apurada al agente y cerró su puerta de un solo golpe. 

Veronka subió rápidamente a casa de Zedka para averiguar qué es lo que había dicho al agente policial pero se llevó la negativa de cuánto quería escuchar. 

Esperaba que sea lunes para tratar de escuchar o saber algo más de la fiesta desde que ella se marchó, su ansiedad era tan grande que espero a la tarde del domingo para enterarse, partiendo a la casa de karonka, conversar y no soltar sospechas de lo que ella vio. 

Por otro lugar extraño y oculto estaba Iva peor que agonizante, se quedó acostada en el piso frío totalmente desnuda; el hombre fortachón con altura prominente la pateaba para ver si está viva, soltó un respiro de sus más profundos pulmones y tosió como tuberculosa, el hombre cogió el balde de agua y se lo echó encima en señal de que se levantara por el frío que está tenía pero no resultó. Se marchó dejándola tirada, al salir en la habitación de al lado estaba otra muchacha de aspecto rojizo, tenía apenas pocos días de haberla traído y hacerla sentir el infierno, tirada con los brazos colgando sentada en aquella silla con el primario por debajo empapada de toda la orina, solo deseo que la sacaran y a pedir auxilio pero este la golpeó hasta desmayarla, lo mismo que hizo en su comienzo con IVA.

 Olav.

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